quarta-feira, 31 de agosto de 2011

CAMPO DE BAEZA, A LA LUNA CLARA

I
Desde mi ventana,
¡campo de Baeza,
a la luna clara !
¡Montes de Cazorla,
Aznaitín y Mágina!
¡De luna y de piedra
también los cachorros
de Sierra Morena!

II
Sobre el olivar,
se vio la lechuza
volar y volar.
Campo, campo, campo.
Entre los olivos,
los cortijos blancos.
Y la encina negra,
a medio camino
de Úbeda a Baeza.

III
Por un ventanal,
entró la lechuza
en la catedral.
San Cristobalón
la quiso espantar,
al ver que bebía
del velón de aceite
de Santa María.
La Virgen habló:
Déjala que beba,
San Cristobalón.

IV
Sobre el olivar,
se vio la lechuza
volar y volar.
A Santa María
un ramito verde
volando traía.
¡Campo de Baeza,
soñaré contigo
cuando no te vea!

V
Dondequiera vaya,
José de Mairena
lleva su guitarra.
Su guitarra lleva,
cuando va a caballo,
a la bandolera.
Y lleva el caballo
con la rienda corta,
la cerviz en alto.

VI
¡Pardos borriquillos
de ramón cargados,
entre los olivos!

VII
¡Tus sendas de cabras
y tus madroñeras,
Córdoba serrana!

VIII
¡La del romancero,
Córdoba la llana!...
Guadalquivir hace vega,
el campo relincha y brama.

IX
Los olivos grises,
los caminos blancos.
El sol ha sorbido
la calor del campo;
y hasta tu recuerdo
me lo va secando
este alma de polvo
de los días malos.



Um certo sentimento de rejeição vai a par com as cidades de estilo senhorial. É o caso de Cáceres. É também, ainda que menos o caso de Baeza. O motivo secreto desta vinda é Antonio Machado, que aqui viveu durante sete anos e a quem a cidade dedica uma verdadeira devoção.


Quilómetros percorridos: 550

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